lunes, 19 de mayo de 2025

GA090a Berlín, 29 de abril de 1904 - El Génesis ( II )

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AUTO CONOCIMIENTO Y CONOCIMIENTO DE DIOS

RUDOLF STEINER

El Génesis II


Berlín, 29 de abril de 1904

Conferencia 22

Hoy me gustaría hablar del Génesis en un sentido diferente. Me gustaría darles algunos conceptos que les permitirán tomar gradualmente el Génesis al pie de la letra. Para poder hacerlo, primero me gustaría remitirles a un pasaje de la epístola de Juan. Encontrarán un pasaje muy interesante en el capítulo quinto de la primera epístola de Juan, versículos 7-8:

Tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre, y estos tres son uno. [1 Juan 5:7-8]

En estas palabras tienen ustedes una diferenciación de los tres principios superiores y los tres inferiores, tal como deben entenderse en el sentido del esoterismo cristiano, del gnosticismo. Estos son el Padre, Atma; el Verbo, Budhi, el Creador, el Espíritu que impregna todo el mundo; y en tercer lugar Manas o Mahat, el Espíritu Santo. Santo es el vocablo que significa: aún no sujeto a lo físico. En el cielo, estos tres engendradores son Atma, Budhi y Manas.

Además de estos tres, existen los tres elementos espirituales en el ser humano. Los elementos espirituales se encuentran en toda la Cábala judía desde los libros originales de Moisés y en el esoterismo cristiano: la sangre, el agua y el espíritu. Primero hay que comprender lo que el esoterismo judío entiende por «sangre». Es la parte más baja del alma, lo que en Teosofía llamamos el astral - no nuestra sangre física. El esoterismo judío cree que el movimiento de la sangre proviene del cuerpo astral, y eso es correcto. El esoterismo judío llama sangre a todas las influencias que no sólo pasan directamente a través del alma, sino que también tienen un efecto físico. Es la fuerza activa, la fuerza motriz. Nosotros sólo llamamos sangre al jugo rojo que fluye a través del cuerpo.

El segundo es «agua». En todo tipo de lenguaje oculto, «kama» es el agua en todas partes. Son los sentimientos, las pasiones, los deseos y demás. Y ahora les diré por qué se llama agua. Es necesario que se familiaricen con la idea de que la humanidad actual está acostumbrada a imaginar muchas cosas de un modo más materialista que en épocas anteriores. Si se imaginan a un antiguo cabalista, él veía en esta agua no sólo el elemento que fluye, sino una parábola. Y él llegaba a ella de la siguiente manera. Él se decía: «El agua es el hogar de los animales que debemos clasificar como primigenios. Originalmente, los animales surgieron del líquido elemento: animales marinos, medusas, anfibios. Éstos, a su vez, emergieron del agua a la tierra. En ningún otro lugar surgieron las pasiones y los sentimientos como en el agua. Sólo más tarde surgió la tierra, y ahí es donde surgió lo más organizado. El alma, el sentimiento de placer y displacer, surgió del agua. El agua era el elemento que creaba placer y displacer en el hombre. Por eso llamaba al agua la fuente de lo que es placer y displacer.

Distinguimos el alma inferior que hace fluir la sangre. La sangre es la auténtica y más profunda alma. Donde sentimos placer y displacer, el dolor interior real, eso es lo que él llama el agua, porque deriva este elemento del alma del agua.

Después viene el alma pensante, el espíritu. Por lo tanto, tenemos el alma del sentimiento, (sensible), el alma interior, luego el alma del entendimiento, el alma de la mente (racional), y en tercer lugar el alma de la conciencia (consciente), el alma superior, la parte del alma en la que el espíritu brilla en el alma.

Ahora bien, el judío se decía a sí mismo: Donde brota el alma, allí está el alma. Por lo tanto, el judío veía en el mar y dondequiera que estuviera el elemento líquido, una parábola para el alma. Sólo porque la gente se ha acostumbrado a ver el alma, ve el agua física exterior.

Había un hombre entre los fariseos llamado Nicodemo, un dirigente entre los judíos. Se acercó a Jesús de noche y le dijo: Maestro, sabemos que eres un maestro venido de Dios, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él. Jesús respondió y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: «¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede también entrar de nuevo en el seno de su madre y nacer?  Jesús le contestó: «En verdad, en verdad te digo que el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No os extrañéis de que os diga que es necesario que nazcáis de nuevo. El viento sopla donde quiere, y se oye su sonido, pero no se sabe de dónde viene ni adónde va. Así es todo lo que nace a partir del Espíritu. [Juan 3:1-8]

Así es como Jesús quiere hacérselo entender. Puesto que Nicodemo era un pequeño mahatma, un maestro en aquellos días, le dijo: «Si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. El hombre nace de la sangre de su madre; debe nacer de nuevo del agua y del espíritu. Lo que nace de la sangre es sangre, lo que nace del espíritu es espíritu.

Nicodemo le dijo: ¿Cómo pueden ser estas cosas? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro en Isracl y no sabes estas cosas? [Juan 3:9-10]

Ahora también podemos tomar las primeras palabras del Génesis en el sentido correcto. El primer versículo puede traducirse de la siguiente manera:

En su Principio Originario Dios engendró su karma como el cielo y la tierra.

El concepto de creación, tal como lo tenemos ahora, no existía en las lenguas antiguas. «Creare> es latín y significa “crear”, pero procede de la palabra sánscrita “Kr”, y ésta a su vez de karma; significa por tanto “crear”, y el sentido de la frase es:

El karma Divino comienza a fluir.

Nuestra evolución en la Tierra fue precedida por una evolución en la que el mundo de Kama, el mundo de los instintos, los deseos y las pasiones, que constituía el contenido real de las entidades en la época lunar, pudo desarrollarse hasta el nivel más alto que podía alcanzar. Se había desarrollado hasta el grado más alto. Las personas que ahora viven en la evolución del mundo terrenal tienen el entendimiento. Nuestros antepasados no pensaban, sólo sentían lo que tenían que cumplir. Lo que la tierra tiene que desarrollar es el pensar. Tenemos un sentir que está por debajo del pensar. No nos guiamos directamente por el sentir, sino que dejamos que el pensar lo regule. El sentir es llevado a los canales correctos a través del pensar. Los habitantes de la Luna podían dejarse llevar por sus sentimientos. No necesitaban pensar en los asuntos de su vida. Sentían directamente lo que tenían que hacer. Esta vida del sentir, que vivía en todos los seres, allí se desarrollaba hasta alcanzar una altura infinita. Hoy en día, cuando lo que importa es la vida intelectual, ya no tenemos ni idea de la infinita dulzura y bondad y de la grandeza de esta vida del sentir. Los seres que se desarrollaron en la luna fueron llevados a la divinidad. Los maestros que evolucionaron en la luna eran la sabiduría pura que fluía del sentir. En aquella época estos maestros se unieron para formar grandes hermandades, y formaron una gran unidad cuando la luna se extinguió. Todo se había fundido en una gran unidad. A esta entidad divina, que era, por así decirlo, la cúspide de la época lunar, se le llama en el Génesis Dios, Yahvé o Jehová. El Dios no es otra cosa que la cúspide del desarrollo de los seres de la Luna. Yahvé es una deidad lunar y Helena Petrovna Blavatsky también la denomina así. Puede que ella lo haya enfatizado demasiado, pero es así. El gran ser que había desarrollado la vida del sentir hasta el nivel más elevado era Jehová o Yahvé. <Lo que vino de la luna, -el Kama en su más alta perfección, el agua en su más alta perfección, el diluvio-, se desarrolló en dos direcciones. Por un lado se condensaba y adoptaba lo material, la sangre; por el otro se diluía y adoptaba lo espiritual. Arriba se iluminaba en lo espiritual, abajo se oscurecía en lo sanguíneo. Así se diferenciaba Yahvé. El agua primordial engendra, por un lado, el cielo, su polo espiritual y la tierra por el otro, su polo físico, material.

Entonces, ¿Cuál era la situación? Piénsenlo, el agua kama llega, el espíritu está por encima, lo físico, la sangre, está por debajo. La tierra era un caos, la sangre estaba desorganizada. Nada más que lo físico-material inundando en confusión y caos. Eso era un polo.

La tierra estaba desolada y caótica y la oscuridad estaba por encima del agua. Bajo el agua estaba la oscuridad, la oscuridad estaba en las profundidades. Y por encima del agua estaba el espíritu. El agua era el centro. El espíritu flotaba sobre el agua Kama como un aura.

Vean muy claramente lo que es esta aura. Ya hemos hablado de ella. El cuerpo físico no es un aura, y lo que vive en el cuerpo físico tampoco es un aura, porque se puede ver con los ojos físicos. El espíritu tampoco es un aura. Sólo el alma proporciona aura; todo lo que es espiritual proporciona aura. Esta aura está influenciada por el cuerpo desde dentro o por el espíritu desde fuera. Por eso hay tres auras: la nublada por el cuerpo, la iluminada por el espíritu y la luz resplandeciente real del alma. Una es la zona a través de la cual el cuerpo se refleja en el alma, la otra es la zona a través de la cual el espíritu se refleja en el alma. Ahora se comprende cómo el espíritu de Dios se cierne sobre las aguas o sobre el alma, y que el kama está así iluminado por el espíritu. El espíritu no necesita ser luz. Sino que cuando el espíritu entra en el aura, intensifica la luz.

Y dijo Dios: ¡Hágase la luz! [Génesis 1:3]

Lo que significa: Que surja en las aguas el reflejo de lo Espiritual.

Me gustaría que las tres primeras frases del Génesis se entendieran literalmente. No se trata de dar sentido a estas frases, sino de pensar en lo que hay que decir. En el agua: Kama, en el Dios: lo más desarrollado que llegó a Kama desde la época lunar. "Esta es mi sangre": es la misma que fluye en la tierra.

El Génesis surgió de los escritos de los misterios del templo egipcio. Estos tenían dos grandes libros [morales]. Uno era el libro del microcosmos, el otro era el libro del macrocosmos. Este último describía cómo el gran cosmos emerge del agua por medio de la palabra. El primero, el libro del microcosmos, era el libro del ser humano perfecto. Ambas eran descripciones completamente paralelas. Hay que dar a entender que el hombre es un microcosmos. Esto sólo podía comprenderlo un iniciado.

Aquel a quien ama el maestro es a quien él inicia. El milagro de Lázaro es una iniciación. Por eso a Lázaro se le llama también aquel a quien Jesús amaba.

El Evangelio de Juan comienza con las mismas palabras: «En el principio era el Verbo».

Sólo se pueden entender los grandes libros del mundo si se tiene la confianza de que cada palabra sólo se entenderá cuando se profundice realmente en las cosas y sólo se tenga algo en contra de ellas lo más tarde posible. Esa es la confianza que necesitamos, porque debemos tener confianza en los grandes libros del mundo. Eso es lo que debemos aprender gradualmente de nuevo a través del movimiento teosófico, tomar realmente estos libros al pie de la letra.

«Montaña» es la palabra clave para las verdades superiores, para las iniciaciones. Jesús subió a la montaña con sus discípulos cuando vio a la gente. Aprendemos a reconocer en las Sagradas Escrituras la autoridad con la que están escritas. Las reconocemos como obras maestras cuando vemos cómo todo encaja maravillosamente y cómo lo que hemos adquirido a través de nuestros maestros desde el último tercio del siglo XIX forma de nuevo la clave para comprender estos grandes libros.

Traducido por J.Luelmo may,2025

GA090a Berlín, 1 de abril de 1904 - El Génesis ( I )

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AUTO CONOCIMIENTO Y CONOCIMIENTO DE DIOS

RUDOLF STEINER

El Génesis I


Berlín, 1 de abril de 1904

Conferencia 21

Hoy quisiera presentarles una especie de conferencia sobre las palabras iniciales del Génesis, tal como se cultivaban en lugares ocultos en los primeros tiempos del cristianismo. Lo que voy a decir será algo que se ha recitado a menudo, pero sólo en lugares secretos a unas pocas personas y nunca se ha popularizado realmente. No es algo que se relacione exactamente con el Génesis, sino algo que se relaciona con la era Lemúrica. Así que no voy a decir otra cosa que lo que se ha dicho muchas, muchas veces en las logias ocultas. En primer lugar, debemos darnos cuenta de que hemos pasado dos grandes catástrofes, una que condujo de la era atlante a nuestra época, y otra que condujo de los lemúricos a los atlantes. Nos remontamos a la época anterior a estas catástrofes, a una época en la que ya había seres humanos, pero aún no tenían sangre caliente. Tenían sangre fría y blanca. Esta sangre fría y blanca era la razón por la que estos seres eran capaces de vivir en un elemento acuoso. En aquella época, la separación entre el aire y el agua aún no era como ahora. Toda el agua era todavía una especie de fina niebla o vapor, de modo que todo lo que era tierra estaba cubierto por esta fina niebla o vapor. El aire y el mar aún no existían, sólo el agua y la niebla, que yacían como vapor sobre la tierra, y este vapor era al mismo tiempo algo que contenía las semillas de la vida para todo lo que podía vivir en la tierra en aquel tiempo. Las semillas de la vida eran en sí mismas como vapor, no eran pequeños granos, ni pequeños gérmenes, sino formaciones parecidas a vapores, como vórtices en la vida general del mundo. Tal estructura vaporosa, como una nube densa, era al principio el hombre mismo. El hombre tenía una forma compuesta por ese vapor comprimido. Dentro de este vapor se movía un líquido fino. Y lo más sorprendente del hombre era un órgano que tenía en la cabeza y que sobresalía mucho más allá de su cuerpo en su parte delantera, un órgano que tenía un tallo y una especie de bola en el extremo del tallo. Se trataba de un órgano que no percibía la luz, sino el calor. Lo que era especialmente importante en aquella época eran las distintas diferencias de calor. Había que saber que allí hacía demasiado calor y que allí hacía demasiado frío; había que poder evitarlo, y para eso se necesitaba el órgano del calor. Con el órgano se podían percibir los grados de calor y se podía girar hacia un lado u otro. Más tarde, el órgano desapareció por completo. Pero era el órgano que proporcionaba a la humanidad una orientación completa en aquella época.

En aquella época, el estado se denominaba «profundidad insondable». Se llamaba así porque estos seres no podían ver nada, oír nada, hablar nada ni entender nada. Todavía no tenían ninguna de estas capacidades. La Doctrina Secreta se refiere a toda esta zona con todos los seres vivos en ella como «las aguas, porque en estas aguas los seres aún no eran capaces de imaginar por sí mismos. Todavía no podían imaginar. Todo el cuerpo de la tierra estaba dotado de una sola facultad imaginativa. Era un gran ser vivo, que se consideraba como el espíritu. Las personas existían individualmente, pero su imaginación seguía siendo común. De este carácter común de la imaginación se hablaba en las escuelas secretas: «El Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas». [Gen 1:2]

Esto significa que en esta zona existía una concepción común, y ésta se cernía sobre las aguas, aún no había entrado en los seres humanos.

Así que tenemos dos cosas una al lado de la otra: en primer lugar la «profundidad insondable y en segundo lugar la “concepción que el Génesis llama el ”Espíritu de Dios».

Lo siguiente es esto: La excrecencia en la parte delantera de los seres que hemos descrito se encogió. Y este órgano, que ahora se ha encogido y ha salido de esta excrecencia, es la glándula pineal. Los humanos no tenían huesos entonces. Eran gente vapor, gente pez. Si se observa al ser humano en ciernes en las primeras semanas de gestación, se encontrará a este hombre-pez en el germen humano. El ser humano realmente repite estas condiciones en las primeras semanas de embarazo. El pequeño cuerpo de pez que el ser humano tiene allí posee el pequeño órgano que luego se marchita. Es uno de esos órganos regresivos como el bazo, del que los médicos de hoy no saben cuál es su función. Cuanto más retrocedía este órgano pedunculado, más se desarrollaba el par de ojos dentro del organismo humano. Surgieron los ojos, se formaron dos ojos en lugar del órgano peduncular original. Al igual que el órgano peduncular era un órgano de calor, los ojos se convirtieron en un órgano de luz. Esta profundidad insondable actuaba en todos los seres y, al retirar el órgano del calor, separó el par de ojos. Esta profundidad insondable también se denomina « ancestro » en la Doctrina Secreta.

Al principio, los seres humanos solo sentían calor y frío. Ahora, sin embargo, perciben los objetos a través de sus ojos, es decir, el antepasado permitió que la capacidad de percibir no solo el calor sino también la luz surgiera de su interior.

Y Dios dijo: "¡Hágase la luz!" Y la luz se hizo.

Ahora hemos llegado al punto en que estos seres podían percibir la luz y, en consecuencia, también los objetos delimitados que les rodeaban. Ahora les pido que consideren lo siguiente. Antes existía la profundidad insondable; en ella todo se decidía. Allí estaba la ideación y a continuación la luz. La luz estaba limitada por el ojo o la capacidad de ver todo alrededor de lo que los ojos podían ver: lo visible. Todo lo demás no se había hecho visible. Eso estaba más allá de lo visible. [El límite de lo visible era lo sólido].

 Y puso Dios un firmamento donde termina lo visible y comienza lo invisible. [Génesis 1:6-7]

Lo siguiente fue que los hombres empezaron a percibir lo visible, de modo que se les presentaba una situación completamente nueva. Hay que visualizar lo que significaría para uno no poder ver ni oír. Sin embargo, en aquella época no existía el oído. Las personas de aquella época eran ellas mismas un líquido en un elemento líquido. Y nadando así, no percibirías el límite exacto entre tú y el otro. Sólo se perciben los límites cuando hay algo visible.

Los seres individuales se mantenían unidos por la ideación. El ser individual no estaba tan claramente diferenciado. Cada ser sentía que pertenecía al todo, a lo general. Sería como si el estómago se sintiera hoy independiente; ha de sentirse perteneciente al cuerpo. Sólo en el momento en que surge una sensación de luz surge la posibilidad de percibir al otro como otra cosa. Un objeto sólo es algo fuera de nosotros cuando vemos sus límites fuera de nosotros. La luz era lo que distinguía individualmente a unos seres de otros. En el momento en que los seres se diferenciaron unos de otros, fue necesario que se abriera la comprensión del entorno. Los seres no sólo tenían que tener la concepción fuera de sí mismos, sino que también tenían que poder tener la concepción dentro de sí mismos. Un objeto que simplemente miro sería algo bastante misterioso para mí si no pudiera visualizarlo yo mismo. Esta comprensión [del entorno] fue impartida por seres de naturaleza superior a los que viven en la tierra. Estos seres que ahora ya percibían la luz eran guiados por seres que estimulaban en ellos la comprensión. Así los dotaron de comprensión. Convirtiéndose en los "Hijos de Manas".

Con ella surge la posibilidad de formarse una idea errónea o correcta. Por eso la Doctrina Secreta dice: «El segundo par, entendimiento y verdad, surgió. Surgieron por medio de la influencia de los hijos de Manas. [No puedo sentir un falso frío o un falso calor, pero la mente sí puede formarse un falso concepto]. Sólo ahora, cuando la ideación, el entendimiento, estaba dentro de los propios seres, éstos se mantenían unidos en una especie de sentido de comunidad. Antes la ideación estaba fuera, pero ahora una chispa de ella estaba dentro de los propios seres. He mencionado que el calor y el frío eran diferentes en el mundo exterior. Los seres atraen este calor hacia sí y se diferencian como seres cálidos y fríos. Un ser cálido es aquel que ya no percibe el calor, sino que lo genera. La sangre caliente ha surgido ahora en el hombre.

¿Qué había ocurrido? El hombre había nacido previamente del agua. Ahora se había producido en él lo que la doctrina secreta llama «sangre». Así que el hombre había nacido primero del «agua», luego de la «sangre». Y si pudiéramos retroceder aún más en el tiempo, antes del período Lemúrico, encontraríamos el «espíritu antes del agua, que aún no se había convertido en agua». Así tenemos: espíritu - agua - sangre. El calor, que era general, apareció entonces como el calor de la sangre de los seres de calor. El hombre nació de la sangre - ese es el momento en que el hombre se convirtió en el ser de sangre caliente. Esto le permite organizar en sí mismo todo lo que antes estaba organizado fuera de él. El calor y el frío eran cosas distintas fuera de él. Ahora distingue entre calor y frío dentro de sí mismo. Así como antes la creación estaba fuera, ahora el hombre se ha convertido en creador dentro de sí mismo. Y lo primero a través de lo cual el hombre no sólo es un ser interior, sino que también se expresa exteriormente como un ser interior, fue el «habla». Y con el habla vino la «vida». [El hombre podía expresarse hacia el exterior; lo que era atraído se impulsa hacia el exterior - eso es el habla]. Sólo entonces hay vida humana, cuando el hombre no sólo está ahí como ser, sino que también se manifiesta como tal - [una vida independiente, autónoma, diferenciada, no co-viviente. El ser se ha independizado, puede darse a conocer, puede revelarse).

Por tanto, el tercer par es «habla y vida». Los animales incapaces de producir sonidos son de sangre fría. Sólo los seres de sangre caliente son capaces de expresar el alma hacia el exterior mediante el sonido. Un ser que ha de tener voz debe diferenciarse en calor de su entorno. Debe tener una vida diferenciada de su entorno. El tercer par es, por tanto, «habla -o voz- y vida independiente». El pez tiene el mismo grado de calor que el agua en la que vive.

Ahora hemos llegado al punto en el que el ser se ha vuelto independiente, en el que su esencia puede revelarse y, por tanto, aparecer ante su entorno como un ser vivo independiente.

Una cosa que les ruego que tengan en cuenta es que los conceptos de hoy no deben aplicarse a los de entonces. En épocas posteriores, las criaturas de sangre fría también cambiaron en varios aspectos. Por aquel entonces, los peces eran mucho más grandes y parecidos a los humanos.

Sin embargo, la reproducción de los seres de aquella época era aún de tal forma que simplemente surgían unos de otros. Hay que imaginarse que cuando tenía que surgir un nuevo vástago - el apareamiento o la fecundación no existían todavía en aquella época, ni tampoco la encarnación, la encarnación sólo existe desde que existe la sexualidad, desde que hay dos sexos [no se trata de encarnaciones sino de materializaciones] - entonces cuando tenía que surgir un nuevo ser, el ser originario dejaba surgir de sí mismo la materia para el nuevo ser. Este proceso estaba determinado por el espíritu general del mundo. Un nuevo ser surgía por afinidad electiva. 

Un ser era "Überschattung" por un espíritu. Es exactamente lo mismo que cuando el médium [en una sesión espiritista] proporciona el material para un espíritu que quiere encarnarse en la materia, materializarse, manifestarse. La materia era siempre utilizable, siempre virgen, un proceso nutritivo. El ser originario permanecía tal como era. El proceso está ahí tal como se ha descrito con ocasión de la descripción de su aspecto vegetal. A continuación la materia se agotaba, se había vuelto incapaz de permitir que surgiera de sí misma una nueva disposición [sin un nuevo estímulo], y se producía la diferenciación en sexos. Así es esencialmente como descendieron los seres lemúricos; habían perdido la capacidad de tener materia virgen en su interior. Para que un nuevo ser se manifestara, tenía que haber una simiente que estimulara la vida. Así [se produjo la sexualidad y con ella] el nacimiento y la muerte y también la encarnación. Y el hombre, se agregaba, convirtiéndose en el comienzo del «agrupamiento, de la "confraternización".

A partir de la mitad del período Lemúrico comienza el proceso de agrupamiento, el proceso de fraternización, que debe conducir al punto en que los Centros de Misterios se unan para vivir en una nueva época mundial. [Ahora viene el cuarto par: «El Hombre - la agrupación que conduce a la fraternización"].

Esta explicación también se daba repetidamente en las escuelas pitagóricas. Se decía: Desde que el espíritu entró en cada ser humano, el nacimiento y la muerte vinieron al mundo. [Y en el Génesis se dice: «Con dolor darás a luz los hijos». En el pasado, éstos eran simplemente traídos al mundo mediante "Überschattung".

Este es el significado de sangre, agua y espíritu, como también se deduce de las palabras: En verdad, en verdad, el que no renace del agua y del Espíritu no alcanzará la bienaventuranza. [...]

Traducido por J.Luelmo may,2025