viernes, 24 de mayo de 2024

GA096 Berlín, 15 de octubre de 1906 El Karma y detalles de la ley kármica

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IMPULSOS ORIGINALES DE LA CIENCIA ESPIRITUAL

RUDOLF STEINER

EL ESOTERISMO CRISTIANO A LA LUZ DE LOS  NUEVOS CONOCIMIENTOS ESPIRITUALES

El Karma, y detalles de la ley kármica

Berlín, 15 de octubre de 1906

Hablaremos hoy sobre el karma y los detalles de la ley kármica. Ustedes saben que el karma se entiende como la gran ley de causa y efecto en la vida espiritual, y que para la ciencia espiritual esta ley del karma es sobre todo tenida en cuenta, en la medida en que se aplica a las vidas terrenales repetidas. Hablamos de reencarnación y karma como dos cosas que están relacionadas. Ahora bien, esta ley del karma, como bien saben, se entiende a menudo de un modo un tanto externo, como si fuera meramente una especie de recompensa y castigo que se arrastra de una encarnación a la siguiente, de modo que si a una persona le ocurre algo malo o perverso en esta vida, necesariamente tiene que decirse a sí misma: Esto me lo tenía merecido por alguna falta en la vida anterior. O: Si hago esto o aquello, recibiré la recompensa o el castigo correspondiente en la próxima vida. Pero las cosas no son así de simples. Quien quiera comprender esta ley del karma debe profundizar en la naturaleza del hombre y en todo su ser.

Por parte de los oponentes de la ciencia espiritual, la ley del karma y de la reencarnación, la ley de las vidas terrenas repetidas, es objeto de los ataques más violentos, empezando por el dicho: ya he tenido bastante con una vida terrena, -no quiero vivir esta vida tantas veces, hasta la afirmación de que es una doctrina que conduce a la inacción, a la resignación ante un destino ciego. Podremos responder con precisión a tal oposición y encontrar qué decir en respuesta a cada objeción, si consideramos todo el proceso del karma. Para ello debemos recordar, aunque ya lo hayamos oído muchas veces, ¡Qué es el hombre!, en sentido profundo.

Como sabemos, el hombre consiste ante todo en el cuerpo físico, que se puede ver con los ojos y agarrar con las manos, lo que la ciencia física investiga y escudriña, lo que la anatomía disecciona, lo que se conoce en la vida ordinaria. Muchas personas de mentalidad materialista consideran este cuerpo físico como la única parte de que consta el ser humano. Nosotros por nuestra parte tenemos que considerar el cuerpo etérico o vital como el segundo miembro de esta entidad. Este cuerpo está constituido por una sustancia diferente en gran medida a la del cuerpo físico. Ni siquiera basta con decir que la materia, la sustancia de la que se compone este cuerpo etérico, es esencialmente más fina que la sustancia del cuerpo físico. Más bien, se trata de una "materialidad" completamente diferente. Es una materia activa, de fuerza. Esta materia etérica, que no tiene nada que ver con lo que en física se conoce por éter, tiene algo de creadora, es la constructora real de las cosas. La mejor manera de imaginarse el cuerpo etérico es que tiene aproximadamente la misma forma que el cuerpo físico, pero que es completamente transparente, aunque no lo sea del todo ni siquiera para las personas clarividentes. Es permeable; si existiera él sólo por separado del resto de miembros, se podría pasar a través de él, pero al mismo tiempo es creador, de modo que los órganos físicos del hombre se construyen a partir de él. El corazón, los pulmones, el hígado y demás se crean a partir de este cuerpo etérico. Desde un punto de vista materialista se podría decir: El cuerpo etérico del niño debe ser muy pequeño. Este es ciertamente el caso. No hay porque ofenderse por esto, pues tenemos que considerarlo más bien como una fuerza que en determinadas circunstancias puede ocupar un espacio más pequeño que el que luego crea. Se trata pues aquí de la vida creadora, de un cuerpo creador que subyace al cuerpo físico que se siente en el espacio. Este cuerpo etérico es el portador de los hábitos del hombre. Sobre todo, es el portador de la memoria y del temperamento, en general de todo lo que son las cualidades espirituales permanentes de la persona. Cuando hablamos del alma humana, nos referimos sobre todo al temperamento y a la disposición original del carácter. Esto se expresa en forma en el cuerpo etérico.

El tercer miembro del ser humano es el cuerpo astral. El nos llena y rodea el cuerpo humano como un aura de luz en la que se hacen visibles los instintos, los deseos y las pasiones. Esto se ha descrito a menudo.

Un cuarto miembro del ser es el que sale a la luz en la autoconciencia real, en el yo. Los demás miembros restantes del ser humano están sólo en fase germinal y tienen su asiento en este yo.

Por lo que respecta al desarrollo kármico, nos interesan principalmente los miembros del ser humano antes mencionados. Hay un importante hecho de la vida que debemos tener en cuenta por encima de todos los demás. Si ustedes repasan  su vida pasada y piensan en su infancia, podrán decirse a sí mismos que han aprendido muchas, muchas cosas. Hubo un tiempo en que no sabían leer ni escribir ni sabían nada sobre los acontecimientos mundiales, la historia, la literatura y muchas otras cosas. Ahora saben todo esto, se ha convertido en propiedad de sus almas. Pero hay algo más que saben. Ustedes saben que pueden aprender mucho y aun así no cambiar mucho de su carácter y temperamento originales. Hay personas que a lo largo de su vida han aprendido mucho y han llenado su alma de todo tipo de conocimientos, pero que aun así tienen que decirse a sí mismas: Yo era de temperamento irascible entonces y lo sigo siendo hoy. O bien: Siempre he sido una persona flemática y lo he seguido siendo. Antes tenía tal o cual hábito, hoy lo sigo teniendo. Sin embargo, también hay personas que han cambiado mucho sobre sí mismas y sus rasgos anímicos de carácter. Quizá no haya ninguna persona que no haya cambiado nada en su talante. Cuando se miren a ustedes mismos y recuerden su infancia, al final tendrán que admitir que han cambiado muchas cosas desde entonces. Pero al mismo tiempo se percatarán ustedes, de que la observación y el aprendizaje se relacionan con la transformación de los rasgos del carácter, como el minutero de un reloj en comparación con la aguja de las horas. El cambio de carácter y temperamento avanza lentamente a semejanza de la aguja horaria del reloj, y la asimilación de las observaciones de la vida procede más rápidamente, como el minutero. Esto depende del hecho de que todo lo que uno aprende puede ser absorbido rápidamente en el alma, que tiene al cuerpo astral como su portador y se expresa en el cuerpo astral. Cuando ustedes escuchen algo fundamentalmente nuevo, se impregnarán de un sentimiento que les llega ahora y que mañana se olvida de nuevo. O si experimentan un dolor que con el tiempo vuelve a desaparecer de su conciencia, estas son las cosas que ven encenderse en el cuerpo astral, pero que vuelven a desaparecer del cuerpo astral. Todo esto tiene al cuerpo astral como portador.

Por lo tanto, lo que temporalmente se enciende en nosotros en la vida y desaparece de nuevo, no obstante permanece adherido al cuerpo astral. Sin embargo, aquello que pertenece al acervo permanente de la vida del hombre, en la medida en que se expresa mentalmente, todo lo que se incorpora en los hábitos, de modo que el hombre lo recuerda a lo largo de un período prolongado de la vida, tal vez para siempre, todo lo que tiene que ver con el temperamento, eso está en el cuerpo etérico, que es más denso que el cuerpo astral. Cuando una persona logra cambiar un hábito, un rasgo temperamental, por ejemplo, cuando desecha un descuido habitual y se convierte en una persona atenta, esto se manifiesta en el cuerpo etérico y no sólo en el cuerpo astral. Si una persona aprende mucho y lo absorbe de tal manera que gradualmente se convierte en propiedad de su alma y parte de su ser interior, de modo que no sólo lo conoce sino que lo posee en un sentido más profundo, de ese modo él cambia la configuración de su cuerpo etérico. Cuando alguien asume un principio moral y tiene que decirse a sí mismo una y otra vez: El principio existe, por lo tanto lo sigo, entonces sólo se adhiere al cuerpo astral. Pero si entra en él de tal manera que ya no puede hacer otra cosa, entonces se adhiere al cuerpo etérico. La transición del cuerpo astral al cuerpo etérico tiene lugar lenta y gradualmente en la vida.

Ahora pasemos de la consideración de estos elementos del ser a una visión general de lo que es el karma en su contexto. Lo que sólo tiene lugar lentamente dentro de la propia vida terrena, es decir, la transferencia de algo que inicialmente sólo está presente en el cuerpo astral al cuerpo etérico, tiene lugar kármicamente de una encarnación a la siguiente del modo siguiente: Quien se haya esforzado por juzgar moralmente de manera correcta, y quien quizás también haya sido alentado en este esfuerzo por otros, encontrará los frutos de estos esfuerzos en su siguiente vida como una disposición original de su cuerpo etérico, como una especie de hábito, como una disposición de carácter. Lo que ahora vive en el cuerpo astral pasará a ser propiedad del cuerpo etérico en la siguiente vida. Si se encuentran con una persona con un hábito loable, si este hábito se expresa repetidamente en su vida, entonces esto indica que él en una vida anterior ha absorbido o visualizado ideas correspondientes. Las inclinaciones y los hábitos provienen de ideas, pensamientos y conceptos formados en vidas anteriores. Si prestan ustedes atención a esto, ya pueden hacer provisiones para la próxima vida, de modo que pueden establecer una cierta organización del cuerpo etérico para la siguiente vida. Pueden decirse a ustedes mismos: En esta vida trataré de decirme una y otra vez que esto o aquello es bueno y correcto. Entonces el cuerpo etérico les mostrará que es naturalmente bueno y correcto seguir los principios correspondientes.

Un concepto especialmente importante aquí es aquel que puede experimentar su iluminación kármica. Dicho concepto es el de la conciencia. Lo que surge de la conciencia de una persona también es algo adquirido. Una persona sólo tiene un tesoro de conciencia, un instinto para lo bueno, lo correcto y lo verdadero, porque primero ha formado esta conciencia en sus vidas pasadas, en sus experiencias vitales, en sus principios. Pueden asegurarse de que esta conciencia se fortalezca y eleve si hacen el propósito de profundizar un poco cada día en sus puntos de vista morales. Los puntos de vista morales se convierten en conciencia en la vida siguiente.

Para que vean que lo que nos muestra el minutero de la vida se convierte en lo que es la manecilla de la hora en la siguiente vida. Sólo debe haber una cierta repetición de los principios y puntos de vista en una vida, entonces se consolidarán para la vida siguiente. Lo que ocurre en el cuerpo etérico de una vida da frutos para el cuerpo físico de la vida siguiente. Los buenos hábitos, las buenas inclinaciones, los buenos rasgos de carácter preparan la salud, la eficiencia física, la fuerza física, es decir, un cuerpo físico sano para la próxima vida. Un cuerpo físico sano en una vida indica que la persona en cuestión ha preparado este cuerpo físico en una vida anterior mediante hábitos y rasgos de carácter adquiridos por sí misma. En particular, existe una fuerte conexión entre una memoria desarrollada en una vida y el cuerpo físico en la siguiente.

Tomemos como ejemplo una persona que lo olvida todo inmediatamente y otra que tiene una memoria fiel. Basta con que recuerden conscientemente las cosas que han vivido y practiquen esto con constancia, entonces acabarán por darse cuenta de que no sólo han adquirido una buena memoria para las cosas para las que se han entrenado particularmente, sino que esta memoria se convierte también en un poder completamente diferente. Y esto se tiene en cuenta en el desarrollo espiritual. La capacidad de visión de conjunto del pasado se desarrolla de una manera muy especial. El que entrena concienzudamente su memoria renacerá con fuerza física, con miembros que realmente pueden servirle, para cumplir en la próxima vida lo que interiormente desea en su alma. Un cuerpo que no puede realizar lo que el alma quiere proviene de una vida anterior en la que no se tuvo cuidado de desarrollar una memoria sana y buena, sino que se abandonó a la dejadez de la desmemoria y el olvido.

Hoy sólo estamos mencionando fenómenos individuales, pero pueden imaginarse cuán extensa es toda esta área de la que estamos hablando. El verdadero ocultista nunca se dedicará a especular. Lo que estoy citando no son teorías, sino cosas que han sido probadas en casos concretos. Lo que se ha dicho aquí se basa, por tanto, en determinados resultados de investigación. Si se acaba de describir que un organismo físico sólido, que obedece al alma, se debe a una buena memoria en la vida anterior, entonces se han investigado tantos y tantos casos, y las afirmaciones correspondientes se basan en los hechos establecidos durante esta investigación. Solamente los hechos deben ser contados.

Ahora bien, lo que se forma en el cuerpo etérico fuerza su paso al cuerpo físico en la próxima vida, de modo que no sólo las buenas inclinaciones y rasgos de carácter y los hábitos de vida eficientes en un cuerpo físico sano tienen efecto en la próxima vida, sino que también las cualidades inadecuadas, los malos hábitos, las inclinaciones corruptas se expresan en la próxima encarnación en un organismo enfermo. Esto no debe entenderse como si una determinada enfermedad tuviera su origen en una determinada cualidad, sino que determinadas disposiciones a la enfermedad siempre nos remiten a determinadas cualidades de carácter y temperamento de la vida anterior. Una persona que ha vivido una vida con rasgos de carácter mimados tiene por tanto en esta vida un organismo más fácilmente expuesto a enfermedades físicas que el de otra persona. Una persona que fue dotada de rasgos de carácter sanos, con un temperamento eficiente, renace con un cuerpo que puede exponerse a todo tipo de epidemias sin infectarse, y viceversa.

Como ven, las cosas en el mundo están intrincadamente conectadas según la ley de causa y efecto. Para citar un caso que corresponde a ciertos resultados de investigaciones espirituales. Puede parecer chocante al principio, pero en una rama teosófica se puede decir esto. Alguien había desarrollado en su vida un afán de adquisiciones muy egoísta, una verdadera codicia de riquezas externas. No se trata del sano afán de riqueza que puede surgir de la intención altruista de ayudar en el mundo y desarrollar una actividad desinteresada, -eso es otra cosa-, sino que estamos hablando del afán de adquirir egoísta que determina una cierta constitución del cuerpo etérico y desarrolla el afán de adquirir más allá de la medida necesaria. Muy a menudo una persona así nace en la vida siguiente con un cuerpo físico que muestra la disposición a las enfermedades infecciosas. Se ha comprobado ocultamente en numerosos casos que las personas que se infectan fácilmente por ciertas epidemias en la vida presente, en su vida precedente estaban dotadas de un afán de adquisición mórbidamente exacerbado.

También podemos mencionar otras cosas en detalle. Por ejemplo, hay dos cualidades que tienen una influencia claramente reconocible en la configuración kármica de la vida siguiente. En primer lugar, está la fuerte influencia ejercida por el rasgo perdurable del comportamiento amoroso y benevolente hacia el prójimo. Hay personas que reciben todo de sus semejantes favorablemente, que tratan a su entorno con cariño y lo acogen. Para algunos, este amor va mucho más allá del puro amor a las personas. Aman la naturaleza y el mundo entero. Cuanto más se ha desarrollado este sentido de la comprensión y se ha convertido en un hábito del alma, es decir, cuanto más se aferra al cuerpo etérico, tanto más tiene el ser humano la disposición de ser joven en la próxima vida: se mantiene joven durante mucho tiempo. Por lo tanto, quien envejece tarde, se mantiene joven y móvil durante mucho tiempo, su vida nos lleva a una vida anterior en la tierra o incluso a varias vidas anteriores, que él ha pasado enamorado de su entorno. Cuanto más amor desarrolle una persona hacia su entorno, más joven físicamente permanecerá en una encarnación posterior. Quien tiene una tendencia a la antipatía hacia sus semejantes envejece prematuramente. Un cuerpo que físicamente muestra los signos de la vejez a una edad temprana conduce de nuevo a la vida anterior de un ser lleno de prejuicios, a una vida de aversión y mala voluntad. Por lo tanto, como ven, pueden ustedes influir en su vida interviniendo conscientemente en el karma. Quien pueda desarrollar el amor en esta vida puede estar seguro de que en la siguiente tendrá un cuerpo que muestre rasgos juveniles. Todas esas personas que hoy escriben críticas por debajo de la línea a una edad temprana serán personas que casi nacerán con arrugas en la siguiente vida. Esta es una afirmación radical, pero se basa en una poderosa verdad.

De modo que las leyes kármicas nos muestran la conexión entre la salud y la vida espiritual. Nadie negará que esta conexión no puede lograrse en dos pasos, sino que hay que entrar en detalles. Tampoco puede ponerse en duda la proposición de que un alma moral, sincera y consciente es la futura constructora de un cuerpo sano. Pero no debe esperarse esto de la noche a la mañana, ni creer que quien está aquejado de defectos anímicos puede curarse de la noche a la mañana. También hay que darse cuenta de que hay que superar el egoísmo y adoptar un modo de vida altruista que no quiera recoger inmediatamente los frutos de sus acciones. Lo que se convierte en hábito también puede tener un efecto sobre el cuerpo físico en esta vida. Una prueba de ello es el desarrollo ocultista, que no sólo puede influir conscientemente en el cuerpo astral, sino también en el etérico. Todo aquel que se somete al desarrollo oculto aprende a influir no sólo en su cuerpo astral, sino también en su cuerpo etérico y en su cuerpo físico. Transformando el comportamiento habitual, una persona irascible puede convertirse en una persona amable, y una persona emocional puede convertirse en una persona ecuánime y armoniosa. El ocultista debe cambiar sus hábitos en un tiempo relativamente corto. El verdadero desarrollo presupone que lo que se aprende no se quede en mera doctrina, sino que entre en el cuerpo etérico. Después el ocultista consigue también que entre en el cuerpo físico. Aprende a controlar los latidos del corazón, el pulso y la respiración. En el desarrollo ocultista se acorta lo que en la vida ordinaria se extiende a lo largo de muchas encarnaciones. Por lo tanto, el karma se acorta.

Algunas de las cosas que discutiremos este invierno serán más comprensibles y transparentes cuando conozcamos ciertas conexiones kármicas más íntimas, por ejemplo, la diferencia entre una persona bella y una fea. ¿Qué hay de kármico en una persona bella? Hay algo que parece increíble al principio, pero es cierto. La belleza del cuerpo físico es a menudo, no siempre, pero muy a menudo una consecuencia del sufrimiento soportado en la vida anterior. El sufrimiento en la vida anterior, el sufrimiento físico y también el sufrimiento del alma se convierten en belleza en la vida siguiente, la belleza del cuerpo físico exterior. En estos casos es realmente así que se puede utilizar una comparación que he utilizado a menudo. ¿Cómo surge la bella perla en la concha de la ostra? En realidad a través de una enfermedad, es el resultado de una enfermedad. De forma similar, también existe un proceso en el contexto kármico que representa la conexión entre la enfermedad, el sufrimiento y la belleza. Esta belleza ha pagado a menudo con el precio del sufrimiento y la enfermedad.

También la sabiduría se paga a menudo con dolor. No deja de ser interesante que hoy la investigación externa confirme en muchos aspectos lo que los ocultistas vienen diciendo desde hace miles de años: Que la sabiduría está relacionada con el dolor y el sufrimiento, con una vida de renuncia y sobriedad en la existencia anterior. De vez en cuando merece la pena consultar la investigación científica externa. Recientemente se ha publicado un libro sobre el mimetismo del pensamiento. El libro pretende mostrar cómo la fisonomía de una persona refleja la forma en que está sintonizado su pensamiento. El autor, que, como puede verse claramente, no sabe mucho de ocultismo, ha descubierto, sin embargo, mediante la observación externa, que se puede reconocer en la fisonomía del pensador una huella del dolor por el que ha pasado. La ciencia actual está confirmando poco a poco la antigua sabiduría ocultista. En los próximos años esto ocurrirá mucho más de lo que cualquier estudioso puede soñar.

Ahora se darán cuenta aún más fácilmente de que no podemos movernos con una fe ciega o un sentido de autoridad hacia ciertos fenómenos de la historia de las ideas. Cuando, por ejemplo, con la comprensión de la ley del karma, nos enfrentamos a un fenómeno tal como Schopenhauer, que vertió un estado de ánimo pesimista sobre toda su visión del mundo, entonces el que ve más profundamente no debe creer que este pesimismo representa el estado de ánimo humano básico [en absoluto]. Se trata más bien de un estado de ánimo básico de su alma que ha sido preparado kármicamente en él y provocado por una determinada constitución de su cuerpo etérico. Este estado de ánimo pesimista de un pensador sólo puede comprenderse si se le hace un seguimiento de su kárma. Una personalidad de este tipo no ha tenido la oportunidad de hacer mucho bien en una vida anterior, lo cual es una explicación muy concreta. Por otra parte, esta persona fue condenada por su posición en la vida y por su profesión a hacer muchas cosas malas y equivocadas. Y esta maldad y maldad, a la que fue condenado en su vida anterior no kármicamente sino a través de su profesión, vuelve a él como un cierto sentimiento de antipatía hacia el mundo que ahora se enfrenta a él. Es la repetición de sus propios actos. Si se quiere comprender el karma, no hay que limitarse a adoptar el punto de vista fatalista de que todo está predeterminado. Una persona no tiene por qué estar condenada por vidas anteriores a hacer lo que está haciendo ahora. A menudo esto sólo se compensa en la próxima vida. Por lo tanto, los actos no siempre son fruto de vidas anteriores, sino que sólo pueden equilibrarse en una vida futura. A este tipo de actos nos referimos cuando hablamos de la causa del pesimismo de Schopenhauer.

.Debemos saber delimitar estrictamente todo lo que una persona realiza como sus propios actos individuales, que surgen enteramente de su persona, diferenciándolos de los que tiene que realizar a través de su comunidad nacional, su comunidad familiar y su profesión. Dos consejeros judiciales pueden hacer lo mismo porque son consejeros judiciales, eso lo excluimos. Pero también pueden hacer cosas muy diferentes porque son dos personas distintas. Y eso es lo que estamos analizando ahora. Lo que sale de una personalidad como un hecho, lo que realiza de esta manera, viene a su encuentro como su destino exterior en la próxima vida. Si una persona se encuentra en una situación afortunada en la vida, si se le ha concedido un destino favorable, esto remite a las acciones correctas, inteligentes y buenas realizadas por ella como personalidad en una vida anterior. Si una persona se encuentra en una mala situación en la vida, si muchas cosas le van mal, si vive en circunstancias desfavorables -esto se refiere a la situación externa, no a la constitución del cuerpo físico-, esto también puede atribuirse a los actos personales realizados en la vida anterior. Lo que una persona ha conseguido a través de su profesión y su filiación familiar se deposita en su temperamento y su carácter. El destino de una persona viene determinado, por tanto, por sus actos personales en la vida anterior. A la inversa, una persona puede conseguir un destino favorable o desfavorable en la próxima vida mediante actos buenos, inteligentes y correctos.

Quien se une a ciertas personalidades ha creado él mismo las condiciones para ello en una vida anterior. Él ha tenido algo que ver con estas personas y ahora las ha acercado a él. Por ejemplo, un caso de la época de los tribunales secretos (Femgericht). Un Femgericht estaba relacionado con una ejecución. La persona en cuestión era llevada ante jueces enmascarados, que ejecutaban la sentencia inmediatamente. Aquí hay un caso en el que una persona fue sentenciada y asesinada. Semejante destino ha sido ocultamente investigado y rastreado en las encarnaciones anteriores. Resultó que la persona asesinada por los cinco jueces había mandado matar a su vez a estas cinco personas como jefe. Su acto anterior había traído a estas cinco personas de nuevo a su vida como por fuerza magnética, perpetrando su venganza contra él. Este es un caso radical, pero se basa en una ley general. No puedes juntarte con una persona que interviene en tu vida si tú mismo no la has traído a tu vida sobre la base de relaciones anteriores. Sin embargo, puede darse el caso de que una persona se reúna por circunstancias generales, por profesión o afiliación familiar con personas con las que nunca antes había estado unida. Pero entonces queda establecido, a través del comportamiento mutuo, un encuentro en la próxima vida, que ahora tiene que ver con el destino externo y la vida de los implicados. Como ven, tales ideas kármicas son a menudo complicadas y no tan fáciles de explicar. Es importante estudiar estas cosas en detalle porque sólo entonces podemos comprender verdaderamente la vida.

También hay que señalar una y otra vez que la idea correctamente entendida del karma no debe oponerse a la doctrina de la salvación tal como se encuentra en el cristianismo. Ya he explicado la compatibilidad de la doctrina cristiana de la salvación con la idea del karma para muchos de ustedes, pero también hay nuevos oyentes. Hay muchos malentendidos. A menudo provienen del hecho de que mucha gente habla de Teosofía sin entender mucho sobre ella. Se afirma, por ejemplo, que el karma significa simplemente que una persona debe asumir todos los efectos de sus actos. Si ha hecho algo malo, sólo puede redimirse de sus pecados. Desde este punto de vista, muchos teósofos declaran que la idea de la redención a través de Cristo Jesús no tiene nada que ver. La teosofía no puede aceptar la redención a través de otro ser, porque el hombre debe redimirse a sí mismo. Los teólogos cristianos vuelven a combatir esto diciendo: "Nosotros creemos en la redención por medio de Cristo Jesús, pero vosotros creéis en la auto redención. Eso no encaja. 

Sin embargo, el karma es un tipo de cuenta de vida que puede compararse bastante bien con una cuenta comercial. En un lado están las partidas del debe y en el otro las del haber. Se suman y se hace el balance. Sería un comerciante extraño que dijera: no quiero hacer más negocios para que no se me mueva el balance. Del mismo modo que una nueva transacción puede llevarse a cabo en cualquier momento de la vida comercial, un nuevo acto puede traer consigo un nuevo karma en cualquier momento. Si alguien piensa: Una persona se ha buscado este sufrimiento, se lo ha ganado por sí misma, así que no debo ayudarle, eso es una tontería. Es como decirle a un comerciante que está en bancarrota: Veinte mil marcos te ayudarían, pero si te los diera, estaría interfiriendo en tu cuenta bancaria. Desde luego, no sería así. La suma prestada sólo se anotaría en el libro de cuentas. Lo mismo ocurre con la vida. Sólo tiene que estar equilibrada, pero no siempre tiene que estar equilibrada por uno mismo. Karma no significa auto-equilibrarse, sino sólo ser equilibrado por un acto. Ahora supongamos que eres un hombre rico y poderoso que puede ayudar no sólo a uno, sino a dos. Entonces puedes intervenir en el karma de dos. Precisamente porque el karma existe, puedes intervenir en la cuenta de la vida de estos dos. Así que hay personas que pueden ayudar a tres, cuatro, cinco, incluso cientos. Tales personas no dirán: no me está permitido ayudar a los demás porque estoy interfiriendo en su karma. Por el contrario, les ayudarán.

Ahora bien, esa ayuda puede proporcionarla un ser poderoso en el sentido más elevado y que una vez apareció en el mundo a las personas que se cuentan entre él. Se trata de Cristo Jesús. El hecho de que la redención se produzca por un cierto tipo de mal, su crucifixión, no contradice la ley del karma. La redención por medio de Cristo Jesús es plenamente compatible con la ley del Karma, como lo es la ayuda del hombre rico al comerciante arruinado. Los malentendidos provienen del hecho de que los teósofos no han comprendido a fondo el karma y los teólogos no se han preocupado por él. La ley del karma está garantizada precisamente por los actos esenciales e importantes de un solo ser elevado. Cuando en el futuro se comprendan debidamente estas cosas, sólo se verá cuán poco es la Teosofía una opositora de cualquier credo construido sobre una base verdadera, y cuánto sólo conduce a una verdadera comprensión de tal credo. Cuando hayan examinado así la ley del karma en unos pocos casos, sentirán que están examinando una necesidad muy profunda dentro de la vida espiritual. Por supuesto, la ley del karma sólo es realmente comprendida por aquellos que no se limitan a comprenderla teóricamente, sino que la absorben en plenitud de sus sentimientos y emociones. Entonces la certeza interior y la armonía se derramarán sobre toda la vida. Y los que afirman una y otra vez que la ley del karma conduce a la inactividad y al letargo, que hace que uno se resigne a su destino, que no conduce a la alegría en la vida y cosas por el estilo, todavía no han intentado vivir con la ley del karma. Vivir con la ley del karma significa infundir valor y esperanza en el alma.

La ley del karma debe, sobre todo iluminar nuestro futuro. No hay que pensar tanto en el pasado como en el futuro. A menudo hemos señalado que el hombre puede trabajar mucho en el futuro preparando la configuración futura del cuerpo etérico en su cuerpo astral en el sentido de la ley del karma, y más adelante preparando la configuración futura del cuerpo físico. Cuando se den cuenta de esto, verán la inmensa importancia de esta conexión, apreciarán la profundización de la idea de la educación, especialmente la idea de la educación del pueblo, bajo la ley del karma. Si hoy se hacen esfuerzos para que las personas vivan de acuerdo con la Ley del Karma y preparen sus vidas futuras, entonces están preparando al mismo tiempo las futuras comunidades de las personas. Las personas del presente son las que vivirán reencarnadas en el futuro. Las razas sanas del futuro, y en particular los líderes sanos de las razas futuras, surgirán si vivimos sensatamente en el futuro de acuerdo con la ley del karma. Pues cuando el ser humano individual se perfecciona, repercute en los organismos de los pueblos y razas del futuro.

Primero habría que analizar cuál es el mecanismo real de este karma. Esto se refiere a la pregunta sobre qué fuerzas actúan cuando las cualidades astrales de la vida presente se transfieren al cuerpo etérico en la siguiente vida y qué fuerzas hacen que las cualidades de la vida presente, los hábitos y las inclinaciones predispuestas en el cuerpo etérico se transfieran a la disposición física de la siguiente vida. La pregunta es aún más difícil de responder: ¿Qué fuerzas actúan allí donde el hombre, basándose en sus actos presentes, se rodea en la vida siguiente de cosas externas; donde no sólo reúne a su alrededor a las personas con las que tiene algo que ver y ha tenido que ver, sino que también se sitúa en ese entorno natural, en el mundo vegetal y animal, en el orden nacional y social que él mismo ha preparado? ¿Cómo son estas fuerzas que traen todo esto de nuevo al hombre? ¿Cómo se produce que dos personas que tuvieron algo que ver en una vida anterior y de las cuales una renace en América y la otra en Europa se reúnan sin embargo? Éstas son las grandes preguntas a las que trataremos de responder la próxima vez. En resumen, ¿Cómo influyen las circunstancias de una vida en las de la siguiente? Como tendremos muchos invitados, esta pregunta también será objeto de reflexión en la Asamblea General. La próxima vez, por supuesto, los que estuvieron presentes en estas conferencias tendrán ventaja. "La técnica del karma" será el título de la próxima conferencia.

Esto significa que hoy y la próxima vez habremos tratado una importante cuestión de la vida. Les ruego que tengan en cuenta que lo que se ha dicho se basa en hechos ocultos reales y positivos. Todo lo que se ha descubierto hoy como conexión kármica nos remite, pues, a la investigación real del karma de ciertas personas, de individuos concretos. El karma y su observación también nos enseña la base de cómo tenemos que evaluar la conexión entre la enfermedad y las características individuales del alma, a saber, el despertar de ciertas fuerzas del alma, ya en esta vida. Así, para aquellos que asistan aquí a las conferencias sobre el karma, algunas de las líneas generales dadas en la Casa del Arquitecto sobre la conexión entre la enfermedad y la muerte, el sufrimiento y el mal quedarán más claras. En particular, este invierno consideraremos aquí y allá cómo encaja en la vida la visión espiritual-científica del mundo. De este modo adquiriremos el impulso y la conciencia de que la ciencia espiritual no es algo que pueda presentarse como poco práctico, sino que interviene en la vida directamente práctica.

Traducido por J.Luelmo may,2024