AUTO CONOCIMIENTO Y CONOCIMIENTO DE DIOS
RUDOLF STEINER
¿De donde proviene
la diversidad?
Berlín, 16 de noviembre de 1903
Conferencia 4
El hombre se compone de cuerpo, alma y espíritu, correspondiente a otras tantas épocas del cosmos que son el pasado, el presente y el futuro.
Nuestra ronda actual: presente; el pasado precedente; lo que está por venir, las rondas subsiguientes: Futuro. [...]
El «pasado» como expresión del espíritu primigenio. Piensen en el espíritu primigenio como agua; todo lo físico no es sino el estado solidificado del agua. El «presente» es el alma; el «futuro» está dentro de nosotros como una semilla. Todavía no podemos ver el alma, pero nos estamos acercando al momento en que el alma también se pueda ver. El pasado es lo mismo que el futuro: el contenido de ambos es el presente. El contenido es diverso y múltiple, -partiendo del Uno-, la multiplicidad vuelve a la unidad. El espíritu primigenio como poder creador se concibe como el centro.
Pues bien, la fuerza creadora emite pensamientos en forma de rayos que emanan del centro. Cada uno de estos rayos es un alma. Ahora bien, no toda alma [...] es la potencia creadora, sino una parte de ella - es activa y se esfuerza de nuevo hacia el todo. ¿Podríamos comparar el alma misma con esta potencia creadora? El alma produce continuamente pensamientos y los envía al espacio; pero no todo pensamiento es independiente ni puede actuar independientemente como un ser, que al igual que el alma es el pensamiento de Dios. El camino del desarrollo es doble: la fuente original como fuerza creadora - y los pensamientos.
No podemos explorar la razón de la dedicación de Dios. Podemos saber cómo funciona una máquina estudiándola. Con una planta, aunque también podemos estudiar sus leyes, es más difícil determinar su diseño y desarrollo. Con los animales es aún más difícil. Con el ser humano inferior aún podemos determinar por observación lo que hace, lo que ya no es posible con los más desarrollados. Allí se trata de un acto de libertad. Así que el acto más elevado de libertad del Creador es esta dedicación gratuita al mundo por amor. No hay compulsión. Así que no hay razón lógica para nosotros con el gran espíritu. Platón como iniciado, -así como otros sabios-, llamó al amor la razón del universo.