Rudolf Steiner
LECCIONES ESOTÉRICAS
LECCIÓN 12
Con el mismo espíritu de la vez anterior, hoy también queremos invocar el espíritu del día. Se considera especialmente afortunado que pueda celebrarse una hora esotérica en viernes. El siguiente es el dicho para el Espíritu del día.
Gran espíritu Omniabarcante,
en tu vida vivo con la vida de la tierra.
En ti estoy.
Tú eres.
Yo estoy en ti.
El Guía me ha traído hasta ti.
Vivo en ti.
Vuestro espíritu es
imagen de mi propio ser.
Tú eres.
Mi espíritu ha encontrado
al espíritu omniabarcante.
La santidad avanza
para la creación de un nuevo mundo.
Tú eres. Yo soy. Tu eres.
Por la noche estamos con nuestro cuerpo astral y nuestro yo en las esferas divinas del éter, de las que sacamos fuerzas para nuestra vida física. Allí estamos conectados con seres divino-espirituales. Por lo tanto, cuando nos levantamos por la mañana, nunca debemos tener inmediatamente pensamientos egoístas banales y cotidianos. Al hacerlo, nos aislamos de las entidades y fuerzas espirituales en las que estábamos inmersos durante el sueño. Sino que antes de ocuparnos de cualquier asunto de la vida cotidiana, de cualquier pensamiento de la existencia física, debemos entregarnos a nuestra meditación, durante la cual nos sumergimos en el olvido de nosotros mismos en esas regiones. Debería ser el deber sagrado de todo meditador meditar inmediatamente después de despertar, o en todo caso debería ser su primer pensamiento pensar con gratitud en los seres elevados.
Un deber aún más sagrado, si es que puede haber uno, debería ser que cada estudiante esotérico se diera cuenta de que comete una gran injusticia no sólo consigo mismo, no sólo con sus semejantes, sino también con los seres espirituales superiores, si se acerca a la meditación con pensamientos y sentimientos impuros. De este modo, contamina las esferas espirituales. Las fuerzas que deben aplicarse para eliminar esta contaminación se restan al progreso de la humanidad.
Uno puede hacer sus ejercicios y retiros con bastante concentración y seguir siendo impío en sí mismo. Esta práctica de la meditación es sólo una cuestión de voluntad. Por supuesto, esto debería reforzarse y desarrollarse. Pero al hacerlo, toda la vida interior debe ser santificada, para que sólo lo santo, lo elevado, viva en nuestra alma durante la meditación. Al igual que uno no debe entrar en la meditación con sentimientos y pensamientos impuros, tampoco debe irse a dormir por la noche con tales pensamientos. También llevamos la impureza a las esferas divinas cuando llevamos pensamientos de arrogancia, vanidad y orgullo a los mundos divinos. Con pensamientos de reverencia y agradecimiento a las entidades divinas debemos dormirnos, pues ni un minuto más podríamos vivir mientras nuestro cuerpo astral y yo estemos fuera en el sueño, si las entidades divino-espirituales no sostuvieran mientras tanto nuestros cuerpos físico y etérico. Deberíamos dormirnos con reverencia hacia las grandes entidades divinas.
El esotérico se diferencia del exotérico en que Dios vive conscientemente en él, en que realmente deja que el poder de Dios se haga efectivo en él. Esto no se produce por medio de las ideas que se puedan formar sobre Dios. Es precisamente mediante estas ideas cuando el hombre puede perjudicarse a sí mismo cuando tenga que entrar en los mundos superiores. Allí, por ejemplo, querrá encontrar al Cristo tal y como se lo ha imaginado, y al hacerlo no reconocerá al verdadero Cristo, ya que es diferente a cualquier concepción de él, por mucho que uno puede hacerse sobre él.
La arrogancia, el orgullo y la vanidad son cualidades que un esoterista en particular debe desechar por encima de todo. Incluso el estudiante esotérico que cree haber renunciado ya a la arrogancia, al orgullo, etc., debe saber que estas cualidades siguen estando presentes de forma más sutil. En el pensamiento mismo de haber desechado estas cualidades, de haber avanzado mucho en el desarrollo, hay una cierta vanidad, que es mucho peor que la vanidad en la vida exterior, porque se intensifica y se relaciona con las cosas espirituales superiores. El pensamiento claro, lógico y correcto es algo de lo que podemos estar orgullosos".
Vivimos un tiempo especial y muy importante. Es el tiempo de la preparación para el Cristo que aparecerá en lo etérico, que se hará visible. Para participar en él, para poder verlo allí, debemos prepararnos para ello. Las personas que no tienen la suerte de tener acceso a la Teosofía en estos tiempos no podrán vivir este evento.
Hemos surgido de fuerzas espirituales superiores, según hemos podido escuchar a lo largo de estos días. Hemos descendido del vientre divino. Somos de origen divino. Así pues, a partir de esta constatación, podemos colocar el dicho rosacruz ante nuestra alma: Ex Deo nascimur - de Dios nacemos. Pero justo al lado debe haber una frase que nos ponga en un estado de ánimo mucho menor; debemos entregarnos por completo y perdernos, entregarnos a Cristo. Y si este estado de ánimo vive en nuestra alma, podemos añadir a Ex Deo nascimur: In Christo morimur - en Cristo morimos. Y una amplia perspectiva de cómo podemos desarrollar conscientemente el Espíritu, el Espíritu Santo en nosotros, nos la da la frase del dicho rosacruz que sigue a las dos primeras frases: Per Spiritum Sanctum reviviscimus - en el Espíritu Santo viviremos una y otra vez. Y si tomamos este dicho rosacruz como el estado de ánimo básico de nuestra meditación, entonces tomaremos el dicho dentro de nosotros con toda comprensión y con sentimientos santos:
Traducido por J.Luelmo may.2022
