miércoles, 4 de mayo de 2022

GA266b-1 Kassel 6 de febrero de 1910 -Tratar el tema de la meditación utilizando el Ejemplo del Padre Nuestro

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Rudolf Steiner 

LECCIONES ESOTÉRICAS

LECCIÓN 1

Kassel 6 de febrero de 1910 - Transcripción A

Sol, Tierra - Meditación, Estudio. Formación esotérica en el pasado ( o éxito o la muerte) y hoy ( devenir otro); la necesidad de la veracidad y la paciencia. Tratar el tema de la meditación utilizando el Ejemplo del Padre Nuestro. Lo físico como parábola de lo espiritual (otoño: dormirse, primavera: despertarse). El estudio como preparación para la meditación; la meditación como sacrificio

A veces sucede que un hombre que comienza un entrenamiento esotérico se decepciona pronto y dice que pensaba que los ejercicios serían mucho más enérgicos y que los efectos de los ejercicios serían mucho más incisivos. El que dice esto debe aclararse a sí mismo que ahí está cometiendo un gran error que debe corregir cuanto antes. Es el hombre el que no tiene suficiente energía, no los ejercicios. No es que los ejercicios no tengan efecto - el hombre simplemente no los hace efectivos en sí mismo. Un alumno debe convertirse en un hombre completamente diferente a través de una vida esotérica; debe adquirir algo nuevo que añadir a lo anterior.

En épocas anteriores uno se encontraba ante la disyuntiva de elegir el entrenamiento esotérico o la muerte. Había que someterse a ejercicios y pruebas que lo ponían a uno en el camino esotérico -si era lo suficientemente maduro- o sino se quedaba en el camino durante estas pruebas y moría. El alumno se decía a sí mismo: Si no puedo pasar estas pruebas, no estoy lo suficientemente maduro para una vida esotérica, y por lo tanto la vida posterior en un cuerpo físico no tiene ningún valor para mí. Es mejor para mí morir físicamente y prepararme para una nueva encarnación en el Devacán, que puede conducirme a una vida esotérica.

Tales pruebas no son posibles hoy en día; toda nuestra organización ya no está a la altura. Pero un alumno debe llegar al punto en que todos los acontecimientos físicos se vuelvan indiferentes para él. Un hombre debe llegar a ser completamente diferente, pero cualquiera que diga que ya ha superado lo físico después de hacer unos pocos ejercicios puede fácilmente estar engañándose a sí mismo. Un alumno debe ser honesto consigo mismo. La veracidad es la primera virtud que debe adquirir quien quiera recorrer un camino esotérico; hay que ser extremadamente honesto consigo mismo.

Otra palabra mágica para los aspirantes esotéricos es la paciencia. Sólo hay que mirar al sol; imaginen cómo el espíritu del sol hace que el sol salga y se ponga día tras día, como lo ha venido haciendo desde hace mucho tiempo y lo hará durante mucho tiempo para llevar a la tierra a su meta. Hay que pensar en esta paciencia, y luego no pensar que un ejercicio es ineficaz sólo porque no ha tenido ningún efecto después de tres o cinco años.

El Padre Nuestro, esa maravillosa interpretación de la ley universal de los siete miembros, es una meditación de gran importancia que algunos estudiantes realizan diariamente. Sé de uno de los que llamamos maestros de la sabiduría y de la armonía de los sentidos, que decía: Tomo el Padre Nuestro como meditación sólo una vez al mes; el resto del tiempo trato de hacerme maduro y digno de que me permitan profundizar aunque sea en una frase de esta maravillosa meditación. - Así es como hay que afrontar espiritualmente una meditación, para hacerse merecedor de poder utilizarla.

La teosofía no es sólo un estudio teórico, sino una práctica viva.

En la naturaleza debemos sentir las semejanzas. Detrás de todo lo físico existe lo espiritual. Si meditamos correctamente, si progresamos en el camino esotérico, pronto llegaremos a sentir en nosotros algo que se corresponde con lo que vemos en la naturaleza: en primavera y verano la germinación, el crecimiento; en otoño la melancolía de morir. Nosotros lo experimentaremos  en el despertar de la mañana y en el dormir de la noche. 

Al igual que nosotros nos vamos a dormir por la noche, las plantas entran en una noche vegetal en otoño. Sólo quedan los gérmenes, en ellos están depositadas las habilidades que se adquirieron durante la vida de verano. Estas capacidades se despiertan de nuevo en primavera con una nueva actividad, al igual que nuestros poderes y capacidades de la noche anterior se despiertan de nuevo por la mañana. Una y otra vez tenemos que dormirnos y despertarnos, usar nuestras habilidades durante el día, reunir nuevos poderes durante la noche. Detrás de las plantas físicas hay seres espirituales elevados que deben entrar una y otra vez en una nueva actividad en primavera y en otoño, cuando sólo queda el germen de la planta, sumergirse en una noche vegetal. Pero estos seres están tan avanzados que sólo tienen que pasar por este cambio una vez al año, mientras que el hombre tiene que pasar por el cambio de dormirse y despertarse cada veinticuatro horas. Para estos seres superiores ya no es necesario tan a menudo.

El sentimiento de ser uno con el Todo-Espíritu, con lo espiritual, no debe quedarse en una simple frase. Hay que sentir realmente, experimentar en uno mismo lo que se esconde en la sucesión de la primavera, el verano y el otoño, lo que se esconde en el renacimiento y la muerte.

Durante la meditación, la vida espiritual fluye en nosotros. Para poder acoger adecuadamente esta vida espiritual, debemos prepararnos de forma adecuada. Eso lo hacemos a través del estudio. Al igual que el sol, que envía sus rayos y su poder, sólo encontraría un lugar vacío si la tierra no estuviera preparada y dispuesta a recibir y utilizar este poder, así nuestras meditaciones no encontrarían ningún terreno de eficacia; encontrarían, por así decirlo, un lugar vacío, si no nos preparáramos mediante el estudio, no nos hiciéramos receptivos a la vida espiritual que fluye en nosotros a través de la meditación. Así podemos ver el macrocosmos en el microcosmos.

El discípulo debe dedicarse a sus meditaciones con total fervor, devoción y concentración. Debe dejar completamente de lado sus pensamientos cotidianos y abrirse sólo a las fuerzas espirituales elevadas. Quien medita debe considerar cada meditación como un sacrificio, como un humo de sacrificio que se eleva a los dioses. De esta manera contribuimos a la armonización y al progreso, mientras que los pensamientos bajos, egoístas son la causa de las catástrofes, y ningún medio humano de protección puede evitar estas catástrofes, de las que hemos tenido muchas últimamente y que serán cada vez más terribles.
Debemos tener lo espiritual en la mente, en el sentimiento, en todos nuestros actos, en todos nuestros pensamientos. De lo espiritual hemos descendido para que una vez enriquecido y perfeccionado   ascendamos de nuevo a lo espiritual.



En el espíritu estaba el germen de mi cuerpo ...
En mi cuerpo está el germen del espíritu...

En el espíritu estaba el germen de mi cuerpo.
Y el espíritu ha incorporado a mi cuerpo
Los ojos sensoriales,
Para que a través de ellos pueda ver
La luz de los cuerpos.
Y el espíritu ha plasmado en mi cuerpo
La sensación y el pensamiento
Y el sentimiento y la voluntad
Para que a través de ellos pueda percibir los cuerpos y actuar sobre ellos.
Y actuar en consecuencia.
En el espíritu estaba la semilla de mi cuerpo.
En mi cuerpo está el germen del espíritu.
Y voy a incorporar a mi espíritu
Los ojos suprasensibles,
Para que a través de ellos pueda ver la luz de los espíritus.
Y yo imprimiré en mi espíritu
Sabiduría, fuerza y amor,
Para que a través de mí actúen los espíritus
Y me convertiré en el instrumento autoconsciente
de sus actos.
En mi cuerpo está el germen del espíritu..


Traducido por J.Luelmo may.2022