Rudolf Steiner
LECCIONES ESOTÉRICAS
LECCIÓN 51
Sobre la indiferencia hacia el karma,
Observación de uno mismo y de su entorno.
Observar y guiar los propios sentimientos.
Purificar la propia moralidad e intelectualidad.
Conexiones kármicas = venganza de las entidades espirituales. Se debe practicar la indulgencia y la compostura.
Lo más importante en nuestra vida esotérica son nuestros ejercicios, a través de los cuales nos abrimos paso gradualmente hacia el mundo espiritual; lo importante es la manera y la actitud en que nos sometemos a ellos, a través de los cuales hemos de trabajar en conexión con mundos y seres superiores.
No debemos dejarnos dominar por la avidez de conocimientos espirituales, sino más bien por el ánimo que sentimos en las acciones morales, como la compasión y la alegría. De lo contrario, existe un gran peligro para el esoterista de que en la vida exotérica se vuelva moralmente inestable, incluso peor de lo que era antes; por eso, además de las meditaciones propiamente dichas, se requieren siempre ejercicios complementarios de consolidación y desarrollo intelectual y moral.
Otro peligro acecha al esoterista en el curso de su karma, el cual está trabajando para transformar y controlar. Aquí se produce casi regularmente el fenómeno de que el que trabaja intensamente en su interiorización se vuelve laxo frente a los fenómenos y circunstancias kármicas exteriores. Las transgresiones kármicas anteriores, que el esoterista se ha acarreado a sí mismo y que han desencadenado en él un fuerte impulso de compensación kármica entre la muerte y un nuevo nacimiento, le colocan en relaciones y le ponen en contacto con personalidades hacia las que ahora estaría en condiciones de cumplir sus obligaciones kármicas.
En el desarrollo exotérico normal, el karma lentamente se iría deshaciendo lentamente o surtiría efecto parcialmente.